La Autohipnosis
Introducción
La autohipnosis o hipnosis autoinducida es un método de hipnosis que permite a un sujeto entrar en un estado mental particular, entre la vigilia y el sueño. En este estado, se intensifican los recursos psíquicos que todo individuo tiene para realizar cualquier actividad, consiguiendo exactamente lo mismo que en una sesión de hipnosis con un hipnoterapeuta.
Por lo tanto, la autohipnosis sería la capacidad que toda persona posee para poder alcanzar por sí misma un estado hipnótico; es decir, la autoinducción a un estado hipnótico. Mediante este estado, el sujeto lleva la parte activa y pasiva de la sesión hipnótica; es decir, hace de terapeuta y paciente a la vez. Consiguiendo con ello y sin perder el control sobre sí mismo, potenciar sus recursos internos para relajarse con mayor facilidad, controlar sus estados emocionales, potenciar sus capacidades, eliminar tensiones y sobre todo mejorar la calidad de su vida.
Esta técnica nos ayuda a liberarnos de preocupaciones, de miedos, de situaciones de ansiedad, también nos puede ayudar a reducir el dolor físico, a dormir mejor, a dejar de fumar, a elevar nuestra autoestima, a mejorar nuestra concentración, a aumentar nuestro rendimiento académico o laboral, a mejorar nuestro rendimiento deportivo, etc.
Tipos de autohipnosis:
Normalmente se distinguen tres tipos diferentes de autohipnosis:
- La inducida por el propio sujeto (autoinducida).
- La inducida por un terapeuta mediante inducciones post-hipnóticas.
- La inducida por un profesional o por uno mismo mediante una inducción grabada.
Autosugestión:
Ideas, pensamientos, actitudes o creencias sugeridas por uno mismo. La autosugestión brinda grandes beneficios en la superación personal siempre y cuando esas ideas, pensamientos, actitudes o creencias que se envían directamente a la mente, sean positivas.
Lo que pretende la autohipnosis es un cambio mental personal, aplicándose uno mismo sugestiones (autosugestiones) positivas, creativas y terapéuticas; es decir, aplicarse la terapia uno mismo.
La autohipnosis con autosugestiones sería trabajar sobre uno mismo (sobre sí mismo). La autosugestión es una forma de actuar sobre uno mismo.
Uno se sugestiona negativamente cuando se dice a sí mismo “estoy arruinado”, “no tengo dinero”, “no tengo empleo”. Estas afirmaciones se deben cambiar por frases positivas como “soy rico”, “todo me sale bien”, “siempre tengo trabajo”. Si esto se hace bajo una autoinducción sería autosugestión positiva mediante autohipnosis.
ÉMILE COUÉ:
Émile Coué Nacido el 26 de febrero de 1857 en Troyes (Francia), fallece el 2 de julio 1926 en Nancy (Francia). Psicoterapeuta francés, autor de un método de sanación y desarrollo personal basado en la autosugestión. Considerado como el padre del pensamiento positivo.
Adquirió fama mundial con su teoría de la autosugestión, cuya piedra angular era la famosa frase: “Cada día, y en todos los aspectos, me encuentro mejor”. Sostenía Coué que la constante repetición de esta fórmula, respaldada por la fe en su eficacia, la convertía en realidad. Durante los últimos años de su vida, vio cómo la autosugestión se popularizaba en el Reino Unido y en Estados Unidos.
• Las tres Leyes de Coué:
1°) Ley de atención sostenida: Cuando una persona concentra su atención en una idea o pensamiento, dicha idea tiende a realizarse; es decir, que tenderá a manifestarse en forma espontánea.
2°) Ley del esfuerzo reversible: Cuando una persona piensa que no puede hacer algo y luego lo intenta, cuanto más trata, menos puede hacerlo. Cuando un estado mental es tal que se piensa “me gustaría hacer esto, pero no puedo” cuanto más intente realizarlo, menos posible será llevarlo a cabo, por muchas ganas que tenga de hacerlo.
3°) Ley del afecto dominante: Una emoción fuerte siempre tiende a reemplazar a una emoción débil. Una emoción asociada a una sugestión hará que la sugestión sea más efectiva. Una sugestión vinculada con una emoción predominará sobre cualquier otra sugestión que se encuentre en la mente en ese momento.
Consecuencia de las Leyes:
Cuando la voluntad y la imaginación son antagónicas, invariablemente gana la imaginación.
- En un conflicto entre la voluntad y la imaginación, esta última siempre tenderá a anular todo el esfuerzo de la voluntad.
- Cuando la voluntad y la imaginación están de acuerdo, no se suman sus efectos, sino que se multiplican.
- La imaginación puede ser guiada.
- La fuerza de voluntad, para hacer o no hacer, es una función de la mente consciente, mientras que la mente subconsciente es influenciada y estimulada por la imaginación, y es la información archivada en la mente inconsciente o subconsciente, la que determina las reacciones, actitudes y acciones de la mente consciente. Es allá, donde somos lo que realmente somos, en el SUBCONSCIENTE MENTAL.
Ejemplo:
Si estás sobre una la viga a 800 metros de altitud, imagina que vas a caerte. Caes o te niega a avanzar. Tu imagen mental es responsable de tu travesía o de tu caída. Cuándo te hace falta confianza en ti mismo, tus imágenes mentales orientan tu tranquilidad o tu malestar. De allí llegó el secreto de Émile Coué; tus imágenes mentales (imaginación) ganan siempre sobre tu voluntad, siempre.
Es inútil utilizar tu voluntad (no quiero ser tímido nunca más) si la imagen que tienes de ti es la falta de confianza en ti mismo. Por ejemplo: Tu imagen de tímido.
Coué concluyó definitivamente sobre el tema con esto:
Si tu voluntad está en oposición con tu imaginación, es siempre tu imaginación la que gana.
En definitiva, tus imágenes mentales dirigen tu vida:
- Tus imágenes mentales dirigen tu bienestar (o lo contrario)
- Tus imágenes mentales dirigen tu éxito (o lo contrario)
- Tus imágenes mentales dirigen tu curación (o lo contrario)
¿Qué pasa con tu voluntad?
Todos hemos aprendidos, pero “hay que querer para llegar a…”. ¡Es el secreto de los secretos!
Coué reveló que cuando tu imaginación y tu voluntad vienen de par, vas a multiplicar los resultados.
Ejemplo: Quieres dejar de fumar. Tu voluntad es dejarlo (quiero dejar definitivamente de fumar). Tu imagen mental es concordante (te imaginas respirando aire puro, los pulmones a tope, con mas aliento, en plena forma y liberado del tabaco). Vas a tener éxito.
Ese es el gran secreto de Émile Coué.
Émile Coué escribió: “Gracias a nuestro conocimiento del efecto tan potente que una idea provoca, podremos llegar a comprobar la importancia de ejercer una censura más estricta y cuidadosa sobre los pensamientos que entran en nuestras mentes”.
Este autor recomienda que, para evitar las dolencias provocadas por ideas y pensamientos poco saludables, busquemos en todo momentos ideas que favorezcan un mejor estado de salud, un mayor bienestar y un mayor grado de éxito. Este consejo resulta tan sensato y razonable hoy en día, como cuando lo escribió Émile Coué.
Coué recomendaba repetir esta frase unas veinte veces al día: “Cada día, en cada momento, me siento mejor y mejor”. También tenemos esta otra frase: “Todos los días, en todos los sentidos, me siento cada vez mejor”.
EL CONTROL DE SÍ MISMO POR AUTOSUGESTIÓN CONSCIENTE (Émile Coué 1923):
(Traducido por: Javier Martínez Pedrós)
PARTE I:
Voy a explicarle en pocas palabras los dos principios sobre los cuales he basado mi método de autosugestión consciente.
El primero es el siguiente:
Cualquier idea que tengamos en la mente puede convertirse en una realidad, siempre dentro de lo posible.
Por ejemplo, si tenemos una pierna amputada e imaginamos que la pierna vuelve a crecer, naturalmente no lo hará, porque eso es imposible. Pero si sentimos un dolor en cualquier parte de nuestro cuerpo, si tenemos órganos que no funcionan normalmente, si tenemos ideas tristes, e imaginamos que el dolor va a desaparecer, que nuestros órganos enfermos van a funcionar cada vez mejor y mejor, que nuestras ideas tristes van a desaparecer para dar paso a ideas alegres, todo eso sucederá, porque eso es posible.
- La idea del sueño crea el sueño.
- La idea de insomnio crea el insomnio.
- La idea de crisis de asma crea la crisis de asma.
- La idea de crisis nerviosa crea la crisis nerviosa.
La idea de migraña, justo en el día en el que estamos invitados a cenar en casa de tal o cual persona, crea la migraña en el día señalado.
Cosa más sorprendente es que hay personas ciegas, sordas o paralizadas, simplemente porque ellas mismas piensan que lo son.
La conclusión que podemos extraer de este primero principio es la siguiente:
Si cualquier idea que tengamos en la mente puede convertirse en una realidad, dentro de lo posible. Entonces estando enfermo, si imaginamos que la cura se va a producir, ésta se producirá siempre y cuando sea posible; si no lo es, por lo menos lograremos la máxima mejoría que se pueda obtener.
El segundo principio es éste:
Al contrario de lo que se piensa, no es la voluntad la primera facultad del hombre, sino la imaginación.
Cada vez que hay un conflicto entre la imaginación y la voluntad, cada vez que estamos en el siguiente estado mental: “yo quiero hacer tal o tal cosa, pero no la puedo hacer”, siempre es la imaginación que predomina.
No sólo no hacemos lo que queremos, sino que hacemos precisamente lo contrario de lo que queremos:
• Cuanto más se esfuerza en dormir una persona que no duerme por la noche, más se sobre activa.
• Cuanto más queremos recordar del nombre de una persona, más se nos escapa.
• En algunos casos, cuanto más queremos evitar reír, más nos reímos.
• Cuanto más quiere evitar tartamudear el tartamudo, más tartamudea,
• Etc.
¿Cuál es el estado mental de estas personas, en estos distintos casos?
• Quiero dormir, pero no puedo.
• Quiero recordar el nombre de una persona, pero no puedo.
• Quiero evitar reír, pero no puedo.
• Quiero evitar tartamudear, pero no puedo.
Véanlo, es siempre “yo no puedo”, la imaginación prevalece sobre la voluntad “yo quiero”. Así pues, es la imaginación la primera facultad del hombre y no la voluntad.
El conocimiento de este hecho es extremadamente importante y si sabemos aprovecharlo, podremos gracias a la imaginación, convertirnos en maestros de nosotros mismos. También es gracias a la imaginación que mi método da mejores resultados allí donde los otros han fallado.
PARTE II:
Tiene que saber que dentro de nosotros existen dos seres bien distintos:
• El ser consciente y voluntario que conocemos, y que creemos que es el que nos conduce.
• Detrás de éste, hay un segundo: el ser inconsciente, o subconsciente, o imaginativo.
No le prestamos atención y nos equivocamos, pues es precisamente este segundo “yo” quien nos conduce tan justa y moralmente. Todos tenemos un corazón, estómago, riñones, hígado, etc. Ninguno de nosotros puede actuar sobre esos órganos a través de la voluntad. No obstante funcionan, incluso durante la noche cuando nuestro consciente duerme. Y si funcionan, es que lo hacen bajo la influencia de una fuerza, la del inconsciente. No sólo preside las funciones de esos órganos, sino también la de todo nuestro cuerpo y nuestra moral.
Si es el inconsciente el que nos conduce y aprendemos a conducirlo, por él, entonces aprenderemos a conducirnos a nosotros mismos.
Es mi papel enseñaros como:
• Ahora le ruego que cierre los ojos, escuche lo que voy decirle y que los abra solamente cuando yo se lo indique.
• Cierre los ojos y dígase a sí mismo que todas mis palabras van a fijarse, grabarse en su mente y que siempre se quedarán fijadas, grabadas, incrustadas allí, y que usted mismo y su organismo deben obedecerlas.
• Le digo que a partir de ahora todas las funciones de su cuerpo se desarrollarán cada vez mejor, principalmente las del tubo digestivo.
• Tres veces al día, por la mañana, al medio día y por la noche, tendrá hambre y consecuentemente comerá con placer, aunque sin comer demasiado. Sin embargo tendrá cuidado de masticar bien los alimentos.
• Con esas condiciones la digestión se cumplirá fácilmente, la sensación de pesadez, de molestia e incluso de dolor que pudiera sentir, desaparecerán poco a poco y si tiene enteritis, constatará que ésta irá disminuyendo gradualmente. Naturalmente, al hacerse bien la asimilación, la digestión se hará cada vez mejor y por eso se tornará cada día más y más fuerte, más y más vigoroso. Además, la sensación de cansancio y de fragilidad que pudiera sentir, desaparecerá, dando paso a una sensación de fuerza y de vigor que aumentara día tras día. Por lo tanto, si está un poco anémico, su anemia también desaparecerá, arrastrando con ella todas las molestias que suelen siempre acompañarla.
PARTE III:
• Esta noche, mañana por la noche y cada noche tan pronto como desee dormir, dormirá hasta la mañana siguiente, hasta la hora que haya fijado para despertarse.
• Disfrutará de un sueño profundo, calmo, tranquilo, sin pesadillas; al despertarse del mismo, se sentirá totalmente fresco y en buena disposición.
• Además, la digestión, la asimilación y el sueño se desarrollan normalmente, en el caso de que sienta un poco de nerviosismo, éste irá desapareciendo, dando paso a una sensación de calma, de intensa calma, que le permitirá progresivamente ser maestro de sí mismo, tanto desde el punto de vista físico, como moral.
• Por fin, y sobre todo, si hasta hoy ha sentido una cierta desconfianza hacia sí mismo, le digo que a partir de ahora, esta desconfianza va gradualmente a disminuir, dando paso a una sensación de confianza en sí mismo que le dará capacidad para hacer, no sólo bien, sino incluso muy bien, todas las cosas que desee hacer, con la condición de que sean razonables.
• Así pues, cada vez que desee hacer algo razonable, algo que sea su deber hacerlo, parta siempre de este principio, esta cosa es fácil, desde el momento que es posible, y en esas condiciones, esa cosa se vuelve fácil, del mismo modo que sería imposible para otro, si lo hubiera considerado como tal. Consecuentemente las palabras: “difícil, imposible, no puedo, es más fuerte que yo, no puedo evitar…” desaparecen completamente de su vocabulario. Esas palabras no son francesas, ¿me entiende? Esas palabras no son francesas, ¡se lo repito! Lo que es francés, es: “es fácil, yo puedo”. Con esas palabras ¡se logran prodigios!
• Los que sientan un dolor en cualquier parte del cuerpo, en el pie, en las rodillas, en la espalda, en el costado, no importa dónde, yo les digo que a partir de ahora, la causa de este dolor, se llame artritis o con cualquier otro nombre, va a disminuir y desaparecer poco a poco, dentro de lo posible. Naturalmente, desapareciendo la causa, los efectos que ella determina desaparecerán en la misma proporción, y cada vez que este dolor reaparezca, usted lo hará desaparecer inmediatamente, utilizando el procedimiento siguiente:
Aíslese todo lo posible. Siéntese, cierre los ojos y mientras pasa ligeramente la mano por su frente, si se trata de cualquier asunto moral, o en la parte dolorosa, si se trata de cualquier asunto físico, repita rápidamente moviendo los labios las palabras: “ya pasa, ya pasa, etc.” lo más rápidamente posible, incluso farfullando, no importa. Lo que importa es pronunciar esas palabras bastante rápido para impedir que la idea contraria penetre en su mente. Al cabo de algunos segundos el dolor habrá desaparecido.
Hágalo de nuevo cada vez que el dolor reaparezca. En todo caso, su inconsciente hará lo necesario para obtener todo lo que es posible obtener.
PARTE IV:
Le he dado buenos consejos. Ya he hecho mi parte. Así pues, ahora le toca a usted hacer la suya, que es la más importante. Durante toda su vida, entiéndame bien, tanto tiempo como usted viva, cada mañana antes de levantarse, cada noche, en cuanto esté en la cama, cierre los ojos y repita veinte veces seguidas, moviendo los labios lo bastante alto como para oír sus propias palabras, sin intentar pensar en lo que está diciendo (si lo piensa, está bien; si no lo piensa, sigue estando bien) y contando mecánicamente con un cordoncito, con veinte nudos, la frase: “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”.
Hay dentro de esta frase cinco palabras importantes, son las palabras: “bajo todo punto de vista”. Sirven para todo, tanto para los aspectos físicos, como morales; por eso es innecesario darse autosugestiones particulares, ya que cada una de ellas está incluida en las palabras: “bajo todo punto de vista”.
Lo que le recomiendo particularmente es que haga esta autosugestión de una manera totalmente simple, infantil, mecánicamente y sobre todo, sin esfuerzo. Tal cual como lo que sigue: “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”, “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”, “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”, etc., como si recitara una letanía.
Mediante la repetición y a través del oído, penetra mecánicamente en su inconsciente la frase: “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”.
Usted ha visto con los ejemplos que le he dado que cuando tenemos una idea en la mente, esa idea se hace realidad en la medida de lo posible. Así pues, si pone bien en su mente la idea: “todos los días, bajo todo punto de vista, voy de mejor en mejor”, cada día, bajo todo punto de vista, usted irá de mejor en mejor. Además, como ya le he dicho, si a lo largo del día, o durante la noche siente un mal físico o moral, dígase a sí mismo que lo hará desaparecer. En ese momento, aíslese tanto como le sea posible, cierre los ojos y pasando la mano por su frente para un mal moral, o en la parte dolorosa, para un dolor físico, repita de forma extremadamente rápida, moviendo sus labios, las palabras “ya pasa, ya pasa”, etc., durante todo el tiempo que sea necesario. Con un poco de hábito, el dolor físico o moral desaparecerá al cabo de algunos segundos. Hágalo cada vez que lo necesite.
Apunte de traducción:
Podemos sustituir las cinco palabras: bajo todo punto de vista.
Por: y en todos los aspectos.
EJERCICIO DE AUTOHIPNOSIS:
Antes de hacer un ejercicio de autohipnosis debemos tener claro el objetivo a conseguir; es decir, lo que queremos alcanzar mediante dicho ejercicio. Por ejemplo: “quiero dormir de un tirón toda la noche”… “quiero mantenerme calmado en un examen”… “quiero seguir mi régimen alimenticio a rajatabla”… etc. Es importante enunciar los objetivos en positivo. Ejemplo: “No voy a saltarme mi régimen alimenticio”; sino: “Voy a seguir mi régimen alimenticio al pie de la letra”.
Es recomendable trabajar los objetivos de uno en uno y no hacer más de uno en una sesión de autohipnosis.
Piensa por qué te gustaría lograr ese objetivo. Ten en cuenta que el subconsciente se vincula más con el deseo que con el deber.
Ejercicio:
En tu casa o en algún lugar al aire libre, túmbate o siéntate en una posición que te resulte cómoda. Previamente con ropa cómoda, sin pulseras, collares, reloj… o cualquier cosa que pueda molestarte. Ahora mira hacia arriba, como si quisieras ver tus cejas. Es normal que sientas que tus ojos se cansen. Mantén esta postura tanto como puedas. Cuando tus párpados no resistan más, inspira profundamente y al exhalar el aire cierra los ojos. Ahora con los ojos cerrados sigue con las respiraciones profundas. Después de unas cuantas respiraciones profundas, poco a poco ve ralentizando tu respiración, hasta que casi no la sientas.
Percibe cómo tus párpados después del esfuerzo de mirar hacia arriba se van relajando cada vez más. Ahora reacomódate y siente como la tranquilidad envuelve todo tu ser, ahora te sientes muy a gusto. Ahora visualiza una manta cálida y suave, que se posa sobre todo tu cuerpo, incluido el rostro, siente como lo acaricia y lo abriga. Ahora te sientes mucho más descansado.
En esa oscuridad en la que te encuentras, ves como se dibuja en tu mente una escalera muy alta. Ahora asciende por esa escalera, subiendo los escalones de uno en uno. En cada uno de los escalones se encuentra escrita tu frase-objetivo, ésa que formulaste al inicio del ejercicio.
Sube todo lo que quieras por la escalera, la cantidad de peldaños la decides tú mismo. Cuando llegues al final, encontrarás un gran cartel luminoso donde está escrita tu frase-objetivo.
Léela con atención, siéntete identificado con ese deseo, es tu deseo. Después, abre la puerta que está a continuación del cartel. Tras ella hay un paisaje muy bello. Puede ser el que tú prefieras, lo importante es que esté vinculado con tu meta cumplida. Has concretado tu objetivo y te sientes tranquilo y alegre.
Una vez que has apreciado las ventajas de tu nueva situación, sal de ese paisaje y comienza a descender por la misma escalera, que en cada escalón tiene escrita la frase-objetivo. Cuando llegues al final, abre los ojos lentamente y cierra el ejercicio con una última respiración profunda, de tal manera que el aire llegue al abdomen.
Aclaraciones:
Te recomendamos encarecidamente, que nunca te levantes de forma abrupta al finalizar el ejercicio de autohipnosis, podrías marearte y caerte al suelo. En primer lugar abre los ojos, mueve manos, pies y piernas. Ponte en pie, solo cuando te sientas totalmente despierto. Es importante aclarar que los beneficios de esta técnica surgen con la práctica continuada de la misma.
VENTAJAS DE LA AUTOHIPNOSIS:
• Evita el miedo y la resistencia a ser hipnotizado por un tercero, ya que es el propio sujeto quien lleva a cabo la parte activa y pasiva del ejercicio.
• Brinda la posibilidad de hacer el número de sesiones que se desee llevar a cabo, en cualquier lugar y momento del día, sin necesidad de acudir a la consulta.
• Son un refuerzo importante de la terapia realizada en consulta.
- Es mucho más económico que una sesión convencional de hipnosis (aunque se recomienda utilizarla como refuerzo y complemento de una terapia llevada a cabo por un profesional de la hipnosis, máxime si se trata de un trastorno serio o de llevar a cabo un diagnostico).
- En la realización de terapias intensivas ayuda mucho, ya que le permite al paciente reforzar diariamente la terapia semanal aplicada por el profesional.
- Carece totalmente de efectos secundarios. Sólo requiere invertir unos minutos del tiempo del practicante para mejorar su salud y bienestar personal.
- Se basa en ejercicios sencillos y fáciles de aprender que solo requieren práctica y constancia.